miércoles, octubre 31, 2012


AMORES TETRICOS parte i
Anne Díaz
(FELIZ HALLOWEEN)



Terminamos envueltos en una Guerra infernal, en un tiempo extraño que se basaba en huir y vivir mientras se pudiera, terminamos hundidos en el vislumbrar de la vida incierta. Atados en algún extraño sentimiento, que el recitaba con su voz ronca <<Amor>>, extraviados en una felicidad impenetrable, de unos amores jamás inseparables, arriesgando todo por una persona apenas hace pocos meses  le consideraba detestable . Lo elegí tres veces, desde aquella noche primaveral, y lo volvería a elegir, pagando el mismo precio. Aun mientras en las noches fugaces la brisa marina azotara contra la pequeña casa y una nostalgia intachable me atrapa, aun ahí lo volvería a elegir, y él me volvería a elegir…
***
Había captado la esencia insondable en sus ojos. El ruido feroz del ejercito mío arrasando con la poca vida humada que aun existiera, extinguiendo hasta la felicidad de las risas de los niños, con una cortada profunda en su garganta, acallando cada una de aquellas para siempre. A las mujeres las mordían a sangre fría, extinguiendo de una vez, aquel apetitoso manjar que emanaba de su cuerpo, y recorría sus venas, en total sincronía, como un péndulo. Y con aquellos forasteros, nadie tenía piedad, su sangre era en mayor cantidad, y una energía desprendía, no dudábamos en clavar los dientes, lo más cercano a la yugular, y disfrutar los placeres de la fuente de vida mortal, los cuales estaban más que alejados, para seres tan extraños como nosotros, vampiros.
<<Tan dulce como la conseguía mama>>- dijo el vampiro de ojos rojos, mientras aventaba el cuerpo del niño que apenas hace poco, jugaba por la tierra.
<<Vamos Jones, no hay sangre que perder>>- le ordene de inmediato.
El bullicio de los humanos rogando por sus frágiles vidas, me penetro hasta la cabeza muerta, tan insulsos, e impotentes a tales situaciones, no sucedía, ni siquiera en las películas, no por rogar por sus almas, terminaría retirándome del terreno de aquella sangre apetitosa.
<<Ten piedad, te lo suplico, por lo que más quieras, déjame irme conmigo y mis hijos>>- dijo una señora, mientras lloraba en sollozos, cuyo rostro ni siquiera me moleste en recordar.
¿Piedad?- me eche a reír en tono burlón.- Fui creada de la atrocidad, y lo que más quiero, murió hace 123 anos.- no me moleste en dar la orden, y con voz severa pronuncie.- Jones, Mátala.
Todo un placer, y así la existencia de aquella extraña, termino en un grito ahogado, Fácil.
Lo único que me molestaba de tal matanza, aun mas que los gritos inútiles de suplica, o lo apresurado que teníamos que hacer el trabajo, era ensuciarme las manos, lo odiaba, la sangre se impregnaba en mi piel pálida, dejando un tono rojizo durante semanas.
Puaj.- repugne.
¿Estás bien?- dijo otros de los míos, Patrick.
Si, es solo…esta sangre que se… se infiltra.- dije mientras brotaba mis manos sobre una camisa de un herido.
Habrá que evitarnos la pena, y que ellos se maten entre sí. ¿Te parece?- dijo entonando cada palabra intentando hallar una aprobación.
No, no, está bien, no quiero beber mi sangre de un cuerpo derramador de tal, recuerda para eso vamos directo.- mustie mientras fijaba la vista en Jones, quien encajaba la punta afilada de su navaja en el cuello de aquella mujer.
Después de tiempo, volví a la caza, en diez minutos más saldría el sol y volveríamos a las casas de la tierra, o quemarnos en fuego, sería la segunda opción. Disfrute los apenas tres minutos que me sobraban, no es que fuese muy selectiva respecto a lo que comía, pero los jóvenes, formaban parte de cierta debilidad del paladar.
Un Joven, aparentemente de mi edad permanente, diecinueve se encontraba postrado ante mí, escondido entre las ramas del gran árbol primaveral, pude sentir como contuvo su respiración, al escuchar mis sigilosos pasos pero agudos acercarse a su dirección, su corazón, tan vital, jovial, acelerado, latiendo, latiendo, como una música extravagante ante mis oídos, y su sangre la olio, atravesando su piel, en una herida que él ni siquiera había notado.
Mío.- pensé para mí misma.
Camine la circunferencia del árbol, que nos separaban, entonces corrió, escapo de mi, aun si observar su rostro, solo su complexión, intentando ser más ágil, inútil. Le admiraba el valor del niño, entonces decidí darle 7 segundos de ventaja…7 segundos de ilusión.
¿Estás?- pronuncie con mi melodiosa voz, pasando el tiempo, mientras me adentraba en el oscuro bosque.
Solo el sonido de las lechuzas, se escucho.
Mencione estas…- mustie con el afán de divertirme un rato.
Corrí tras de él, al ver su frágil silueta, cruzar al lado del otro árbol.
Incremente mi velocidad, asiendo que la suya parecía una burla, le tome por los tirantes con los que se le ajustaban el pantalón, quedando de una manera donde se observara su rostro, donde viera su última expresión.
De un cuchillo que saco con una estrategia, le atravesó en un intento inútil sobre mi cabeza, cortando un mechón de mi cabello oscuro, admirable para ser mortal.
Lastima.- le tire su cuchillito de broma, furiosa.- Lo que se corta, siempre se rompe…lástima que soy irrompible. – una sonrisa sarcástica nublo mi rostro.
Le observe un poco, por el merito llevaba el premio de grabarme su rostro. Era apuesto para ser humano. Algunos de sus cabellos dorados caían en desorden sobre su frente, sus labios rojos destacaban entre su piel blanca, formando en aquellos labios unas comisuras en una extraña sonrisa medio torcida, la cual me lanzo al aventar su cuchillo. Su nariz, respingada, alineándose en perfecta simetría, pero no era todo su físico había algo en el…extraño, inaceptable, entonces la mire por último, lo que observo primero, me encontré con unos ojos de un color indescriptible, una combinación en un verde-azul, mire al fondo de ellos, intentando averiguar su vida, como siempre podía, me concentre en ellos y vi a él atravesado por un espada, los mire otra vez por ultimo y…
Había captado la esencia insondable en sus ojos…
¡VAMONOS!- La voz de trueno de Jones, me incorporo mentalmente.
Le tire al suelo con brusquedad.
Me gire de puntillas, y me encamine de nuevo a casa.
¿No vas a hacer nada?- dijo una voz ronca, varonil, profunda.
Me gire, era el chico de pelo tostado.
Me lo imagino, he escuchado mejores cosas de ustedes en mis libros.- pronuncio el chico.
¿Mejores cosas?
Si, tan fuertes…hábiles.- musitaba con desprecio.- y al caer el simple sol, corren como ratas a su escondite.
¡VAMONOS!- Repitió Jones.
No tengo ganas.- me calle las palabras, era ridículo, discutir con él. Le avente la espada por el aire, llegando a un lado de su cabeza, me gire de puntas y me marche.
¡DOS MINUTOS ANTES! GEORGINA, DOS MINUTOS!- Gritaba Adriel, furioso, repitiéndome otros eternidad de existencia, que había hecho mal.- SE VAN DESDE QUE ENTRA EL SOL, Y ENTRAN DOS MINUTOS ANTES, SI QUIERES QUEMARTE EN FUEGO, VE Y REGRESA DOS MINUTOS ANTES.- Termino de discutir.
 Adriel, era algo así, como el más viejo de la manada, el “padre” generoso y bondadoso que cuidaba de sus “pequeños vampiros”, se oponía a la idea de llegar dos minutos antes. Un instinto sobre protector mas agudizado usaba en mi, error; Una ex novia, nunca tendría el papel de hija.
Está bien Adriel, como tu digas…- dije observando su rostro de satisfacción.- prometo que volveremos veinte segundos antes.- le deje hablando solo.
En cuestión de segundos me encontraba en la manzana; casa de cada uno de la manada. LA MANZANA GEORGI, sonaba algo así “adorable”. Volví, y sentí la oscuridad hacerse presente, me preguntaba que era el día en algunos momentos, 123 años sin verlo, literalmente.
Perdía el tiempo en lo que fuese que pudiera perder mi inmortalidad, tocaba la armónica en un ritmo de blues, cuando tenía algo que decir, siempre pasaba, aquella noche-día- vampírica, la tome y dure horas, sin apartar mi boca de las celdillas, tan conmovedora era cada nota, solemne, nostalgia, cada una me parecía un amor extinto de aquellos mortales, muertos hace rato. Pensé en un nombre para la canción de horas “AMORES TETRICOS” Vino a mi mente.
Entonces..Recordé su rostro, por instinto o voluntad. Además sus ojos verde-azules, penetrando con desprecio en el fondo de los míos, ese chico tenía algo extraño, y después recordé lo tonta que fui al dejarlo ir… hubiera terminado la molestia de una vez por todas, ¡JONES! Gritaba, gritaba, y me apresuro.
En la próxima noche saldría, y terminaría todo de una vez…su insulto también lo ameritaba.
Pase la noche-día-vampírica con las ultimas notas que mis pulmones formaban, algo agitada, deje esfumarse el ultimo ruido por la celdilla, y Salí de las manzana, viendo como pasaban las noches .

No hay comentarios:

Publicar un comentario